Sally la rana y otros cuentos desde el quirófano

Dice quirófano el título porque así suena más dramático, lo sé... Soy un exagerador por excelencia  aparte que la esperanza es lo último que se pierde, pero dejemos mis pequeños defectos -enormes- defectos a un lado y entremos en materia. No era un quirófano, era un modesto laboratorio de biología donde lo más adelantado que había era una pizarra de tiza y un grifo que goteaba donde una semana antes las palabras del profesor anunciando que tendríamos la disección de la rana en la próxima semana me sacaron de mi típico estado de Zombie Tweeteante. 





Nos dio un número de teléfono donde Ile-Maco nos brindaría soporte con el Anfibio por el módico precio de cuatrocientos pesos dominicanos. Procedimos a llamarla y día más tarde se apareció con una cubeta llena de Maco' toro y me extendió una caja para que yo agarrara el de mi elección. Luego de luchar con el batracio durante minutos, pude agarrarlo por una pata y llevarlo a su lecho de muerte en la caja.

Debo confesar que nunca me imaginé a Ile Maco de esa forma. Es flaca, esbelta y muy hermosa... Una estudiante de veterinaria a término cuyo carisma no permitiría tan solo imaginarse a nadie que se gana un dineral metida entre pozos buscando ranas como la mejor. 

Más tarde procedimos a dormir a Sally (Sí, le puse nombre para hacer la experiencia un poco más realista) metiéndola en un pote de Cloroformo (O gas de la violación) pero no antes sin tomar un poco en un envase por motivos personales.

Y mientras la rana pataleaba, rogando piedad por su vida el profesor nos explicaba de manera detallada el procedimiento con el frasco en sus manos mientras los agitaba para permitir una mejor penetración del compuesto. 

Tan pronto como Sally quedó tiesa, la saqué agarrándola por la cabeza, la sujeté a una mesa y con ayuda de mi grupo la amarramos y procedimos a abrirla. Para nuestra sorprensa, la sangre de rana no era verde... Era tan roja como la nuestra.

En un sádico festival, donde se exponían las viceras de Sally pesaba con cada corte en que la separaba aún más de su familia, sus amigos y sus pequeños renacuajitos... Ya no podría croar jamás y luego... ¡VI EL CORAZÓN LATIENDO!

Así fue como terminó el épico momento sentimental. Pudimos extraer satisfactoriamente el corazón mientras aún latía. El nodo-sinoauricular permitía el corazón latir hasta fuera de la cavidad torácica, con tenerlo en la mano sientes como se retuerce con cada sístole y diástole. No les mentiré, aunque me dolió matar una rana, la experiencia de sentir un corazón latiendo en tu mano por más pequeño que sea es simplemente impresionante.

Personalmente no apruebo la extracción de animales de su hábitat con fines de disección, me parece inhumano y cruel, aparte con tantos simuladores que existen en el mercado más que cruel me parece innecesario.


Sí, es cierto... Sé que quizá no sea lo mismo, no se podrá sentir el corazón latiendo ni mancharse hasta los ojos de sangre al perforar la arteria abdominal (que es en nosotros la AORTA) pero es el módico precio que ha de pagarse por estar a mano con la naturaleza. (Aparte de 25 dólares que le cargarán a la universidad por el simulador, q  ue realmente es una Percata-Minutta tomando en cuenta que solo habría de comprarse UNA vez)

Por el momento es todo chicos, lamento el retraso con este artículo pero es que estamos en parciales. Tuve un parcial hoy, tengo otro mañana, uno el viernes, uno el sábado, otro más el martes, uno el jueves y así continúa la salada vida de Ariel. ¿Ustedes se creen que esto de la medicina e' un cachú? No ombe, hay que majar piedras con el culo. Estoy al trí' de poner mi salón.

Los adoro y los extraño,
Ariel Saint

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Saint Domingue, Dominican Republic
18 Años, extrovertido, estudiante de medicina, sin mucho que decir de sí mismo que no sea percibido por otro. Crea un blog para compartir su vida, virtudes, errores y sueños húmedos.
Ariel Saint Santé -. Con la tecnología de Blogger.